Se puede entender que haya una secta y gente infiltrada, pero es que aquí vas con dos Marshals y uno es un traidor, vas con dos agentes del servicio secreto y uno es un traidor, etc. Vamos que es demasiado exagerado y rebuscado para que me lo llegue a creer. Desde luego se nota la mano del majara de Kevin Williamson en los guiones completamente descabellados.
A parte de esto la serie se centra demasiado en contar la vida de los tres sectarios jóvenes que tienen menos carisma que una bola de plastilina sin avanzar prácticamente por la trama.