Los cambios respecto al Bill y Frank del juego responden una vez más a sacar provecho del medio televisivo. Podrían haber calcado su relación original, de naturaleza más cínica pero también más superficial (como es inevitable; en el juego Joel y Ellie están de pasada y para cuando llegan allí todo ha terminado. De nuevo, esto respondía a la naturaleza del medio). Que hayan elegido contar una historia de amor verdadero encapsula de qué va The Last of Us.
Aun con los cambios, mantienen los elementos que hacen reconocible este pasaje del juego. El aislamiento de un Bill obsesionado con mantener su pequeña parcela de seguridad llena de trampas, un medio de transporte para el resto de la historia, y el puñetazo en el estómago en forma de carta post-mortem. La diferencia en esto último es quién lo recibe. En el juego era el propio Bill, en la serie va dirigido a Joel.
También me parece un cambio acertado que a Ellie le fascine un simple coche, o la escena del avión (que también sirve para dar pie a una explicación del origen de la pandemia, aunque esto último me sobra un poco). Son ocasiones bien aprovechadas para demostrar su inocencia.