Coincido con la mayoria de los comentarios sobre el episodio 3.

A pesar del brochazo gordo al inicio (la sutileza en aquella carta en el juego ha pasado a mejor vida), se eleva a medida que pasan los minutos regalando un episodio brillante, a pesar de ese inicio y alguna frase ('te tengo que decir que no soy un ****tituto'), con unos Nick Offerman y Murray Bartlett impecables.

Ya solo por el final del episodio me parece una brutalidad.