Cuando una película es una sátira disparatada pero está interpretada con casi total seriedad es difícil que el tono funcione, y sin embargo me parece que The Menu lo consigue. Sin ser algo magistral, me ha gustado bastante su divertida e inmisericorde burla de la sociedad, la fama, el culto a la personalidad y demás. De hecho me ha recordado un poco a Triangle of Sadness, que vi hace nada, y aunque aquella parecía más anclada en la realidad y por lo tanto "más creíble", en realidad creo que el tono de The Menu acaba siendo más consistente porque no salta de un registro a otro para apuntalar sus tesis sociológicas, que en el caso de la ganadora de la Palma de Oro en Cannes eran un poco de patio de colegio.