Vista esta tarde, a mí la película me ha gustado. Eso sí, creo que hay que saber valorar su tono y ligereza, para mí marcado desde el primer momento por el pizpireto tema de Desplat (que en su tema final parece que reelabora en plan bufo un tema clave de El escritor).
Por tanto, creo que he visto un sátira, con sus toques de mala baba, pero tampoco creo que sin pretender nunca pontificar o buscar algo más que el divertimento (en este sentido la tengo que emparentar, además de por cierta conexión temática, por lo opuesto de sus objetivos, con El triángulo de la tristeza) en un escenario que, se ajusta a las mil maravillas (un gran hotel, en Nochevieja) a una trama rocambolesca. En este sentido, el hotelero y la historia coral (y sobre todo por el personaje del director del hotel), hermano la película con El gran Hotel Budapest. Eso sí, salvando las distancias, la elegancia y nostalgia centroeuropea de la de películas de Anderson, aquí se torna en cierta zafiedad y oropel finisecular.
Por tanto, para mí una historia ligera, divertida, casi zafia en algún momento, como muchos de sus personajes, bien hilvanada y presentada y que me ha hecho reír en bastantes ocasiones.
Por último mención especial para John Cleese.
Saludos