El cómic es escandalosamente bueno. Es con el que iniciarías a cualquier reticente al mundo de los cómics y fijo que se engancharía de inmediato porque el guión es exquisito y, sobretodo, demoledor. La profundidad de los personajes y lo devastador de sus acciones lo convierten en una obra de culto. La historia ni mucho menos tiene a los zombis como eje central pese a lo que pudiera pensarse en un principio. Una obra maestra contemporánea como rara vez puede verse. Frank Darabont, dado su gran nivel a la hora de plasmar sentimientos en la pantalla (véase Cadena Perpétua, La Milla Verde, The Majestic o La Niebla), parece una elección mucho más que acertada para llevar a cabo el proyecto. El traslado de esta obra al cine sólo era cuestión de tiempo, porque es de las que más se presta a ello y de las que se presume más factible.
Ya como consejo, os recomiendo a todos este cómic de Robert Kirkman. No hay palabras para describirlo que le hagan justicia. Ojalá Darabont dé lo mejor de sí mismo y consiga respetar el contenido y el espíritu de esta maravilla. Si lo consigue, puede ser de lo mejor del cine en muuuuuuchos años. Tiempo al tiempo.




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