Estomagante sería el adjetivo idóneo para describirla... Te deja un mal cuerpo impresionante usando sólo el sonido y la planificación, algo parecido a lo que se hizo con el fuera de campo en El hijo de Sául. Pero Glazer aquí se supera, ofreciendo una experiencia casi traumática con una frialdad y deshumanización apabullante. Perfecta para los tiempos que corren.

Pd. Es el cuarto largometraje de Glazer en 23 años de carrera. No he visto su ópera prima pero el resto sí. Me quedo con la inquietante belleza de Reencarnación con una superlativa Nicole Kidman en su mejor época.