Consecuencia directa del éxito de “La sustancia”, es una propuesta discreta que utiliza eficazmente el “body horror” para hablar de la crisis de una pareja. Genial el guiño a “La cosa” en el prólogo y se agradece el uso de efectos prácticos (los digitales no están muy logrados). Eso sí, cuidado con el hype que está generando.