Vete tú a saber.
Recuerdo que en 1986 el músico francés Jean-Michel Jarre dio el entonces concierto más grande de la historia, para celebrar el 25 aniversario de la NASA, y también el aniversario del estado de Texas. El plan era que un músico tocase desde el espacio durante el concierto, tanto por el reto y originalidad del asunto, como para poder experimentar con la especial sonoridad de su saxo allá arriba. Quien iba a tocar el saxo era el músico y astronauta Ron McNair, y el vuelo era el Challenger. Y todos sabemos lo que pasó.
Me gusta Cruise como actor, y me cae bien. Pero siempre hay riesgo. Y supongo que todo esto es más porque así tiene una excusa para hacerlo, y quien se lo pague, que por el film en sí, porque o se les ha ocurrido algo terriblemente original, o no hay necesidad de ir allí arriba a nada. Alfonso Cuarón puede dar fe de ello.
Pero es un buen canje: el estudio le paga la excusión, y a cambio obtiene una publicidad masiva brutal.
Ojalá le salga bien.