Me ha parecido la primera película en la que Cruise acepta su madurez. Esperaba encontrar a un Maverick macarra de cincuenta y muchos, y me ha sorprendido gratamente la serenidad del personaje. La película es ligera y no supone ningún tipo de exigencia para el espectador, pero se ve con cierto agrado y es innegable que tratándose de lo que es, una repetición de la primera, la mejora con creces. Al final me quedo con ganas de ver menos aviones y más del otoñal romance de Cruise con la maravillosa Connelly.