Efectivamente. Especialmente la primera, que es la realmente reivindicable (yo a la segunda le tengo cierto aprecio porque se rodó en territorio afín -Marbella es localidad cercana- y porque un conocido -con el que hace demasiado que no coincido-, Jaime Noguera (que interpretaba a Sebas, el "subnormal" del silbato) tuvo su primer "papelito" en cine profesional.
El villano de esta, como de las restantes (a excepción de la primera) será la técnica cinematográfica.