Desde hace meses varios compañeros de trabajo y yo que trabajamos para la administración pública estamos siendo testigos de cómo los intereses personales de nuestra jefa están favoreciendo a la empresa de su ex-marido (con el que tiene dos niñas en edad escolar) dándole todos los contratos de actividades culturales que se celebran en el municipio.
Muchos estamos cabreados con esta situación y queremos hacer algo, pero estamos un poco perdidos a la hora de tocar las puertas apropiadas para que se haga algo al respecto de una situación tan descarada.