Trois souvenirs de ma jeunesse (Arnaud Desplechin, 2015)
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Paul Dedalus deja Tayikistán recordando su infancia en Roubaix, las locas crisis de su madre, el vínculo que le unía a su hermano Ivan, niño piadoso y violento. Él recuerda sus 16 años, a su padre, viudo inconsolable, el viaje a la URSS donde una asignación clandestina le llevaría a ofrecer su propia identidad a un joven ruso. Recordará también sus 19 años, su hermana Delphine, su primo Bob, de sus escapadas con Pénélope, Mehdi y Kovalki, el amigo al que tuvo que traicionar. Sus estudios en París, el encuentro con el doctor Behanzin, su vocación inherente para la antropología. Y, sobreotodo, Paul se acordará de Esther. El corazón de su vida. Dúlcemente, un “corazón fanático”…
Trailer:
https://www.youtube.com/watch?v=Z9NWb6TytF0
Se estrena en Francia el 20 de mayo.
Re: Trois souvenirs de ma jeunesse (Arnaud Desplechin, 2015)
Tráiler VOSE:
https://www.youtube.com/watch?v=eEcIBfVHJRU
Estreno en España: 27 de mayo.
Re: Trois souvenirs de ma jeunesse (Arnaud Desplechin, 2015)
Ya era hora. Un año de retraso para ver una de las pelis mas alabadas de la temporada festivalera.
Re: Trois souvenirs de ma jeunesse (Arnaud Desplechin, 2015)
He visto la película esta tarde y me ha parecido una maravilla. De Desplechin no he visto casi nada, sólo Reyes y reina que me gustó mucho (con una Emmanuelle Devos, como siempre, sensacional) y ahora a ver si veo la ya adquirida hace tiempo Un cuento de Navidad. De todas formas, veo que su filmografía no es muy extnesa, pero ello no quita para que me parezca una grandísimo director, sólo con estos dos films visionados.
Acabo de leer la crítica de Dirigido por de este mes al film y no puedo estar más de acuerdo con lo que se comenta sobre el estilo de Desplechin esa mezcla de clasicismo y modernidad que consigue que la película me haya parecido tan atractiva. Porque la puesta en escena es clásica, se busca en encuandre trabajado, pero se recurre a elementos novedosos que casan perfectamente con lo que se quiere contar: ese uso de pantallas partidas al inicio
del tercer segmento, donde el personaje de Esther de repente toma protagonismo y pasa a ocupar toda la pantalla
ese recurso de hablar a la cámara o que recitar las cartas, que, tal como indica la crítica y que, es verdad que lo he pensado, he relacionado con la Ingrid Thulin de Los comulgantes o ese tono que muestra todo el film a lo Truffaut, a sus películas sobre la adolescencia-juventud, con Doinel a la cabeza. Incluso aquí, la música recuerda algo al Delerue de dichos film, mezclado con, por lo menos para mí, el Herrmann de Vertigo, creándose así, en algunos momentos, un contrapunto musical respecto a las imágenes que me ha gustado mucho.
Luego la historia, por la forma de contarse me ha enganchado especialmente, por su naturaleza episódica y porque hay variaciones de estilo en cada epidosio. Por ejemplo me ha encantado el toque sintético del primer episodio,
donde se nos presentan escenas sin transiciones, mostrando detalles de la infancia del protagonista, donde nosotros tenemos que llevar a cado la unión. Además destacar el toque "exagerado", teatral, de muchos de esos momentos, como esa violebnta escena entre madre e hijo en la escalera, que contrastra, por ejmplo, por la sutileza de usar planos en acercamiento para mostrar cómo el chico descubre la sexualidad de su tía.
Y el segundo episodio, casi casi
es un microrrelato de espías, además unido con los momentos de presente donde el protagonista, ya adulto, en un "interrogatorio", lo rememora
Y luego está el tercer episodio, donde la historia se mantiene más tiempo y donde asistimos a la interesante y conseguida
relación entre Paul y Esther, con todos esos altibajos que fomentan la juventud, la distancia, o las otras relaciones con terceros. Ha habido escena escenas que me han encantado, como la visita al museo o el recuerdo de la charla en griego en la cama.
Además vemos como el protagonista, Paul, además de educación sentimental, avanza en su educación formal, su relación con la profesora también me parece muy bonita y Desplechin consigue grandes momentos con las elipsis:
ese pasar del despacho, donde Paul está terminando un ejercicio, a verle acompañando a la profesora en la compra
o con simples detalles,
como ese beso fugaz o ese desmayo que hacen tan creíble esa segunda orfandad materna, para él casi casi la primera, que sufre el personaje.
Por otro lado, creo que hay que destacar a los actores protagonistas, para mí muy creíbles en sus papeles y que me sorprende ver, en el caso de los jóvenes, que es su debut ante las cámaras. Mathieu Amalric es un actor que cada vez me gusta más y creo que aquí esta muy bien, sobre todo en el epílogo, donde asistimos al elemento
triste de su historia de amor, donde vemos que reprocha a su amigo que se aprovechara de Esther y de su aparente fragilidad emocional, y a la vez haciendo ver que el también se lo reprocha a sí mismo.
En definitiva, para mí, la película ha sido toda una experiencia.
Saludos