No sé cuántos años llevamos esperando, pidiendo, casi rogando, que Divisa edite y distribuya en 4K algunos de los -magníficos- títulos que forman su catálogo. Una aspiración que tenía algo de queja y de ensoñación al mismo tiempo.
Por el camino, el mercado local se ha ido hundiendo -o redimensionando- progresivamente, y la estructura del negocio ha mutado hasta ser algo completamente distinto. Viable, pero no mejor. Asumible, pero con muchas más limitaciones.
Y en ese contexto, cuando ya nadie lo esperaba, Divisa, una compañía española, que atiende a un mercado menor, va a editar y distribuir 4K pensando en el mercado español. Asumiendo su coste y su riesgo. Sí, en ese mercado de la ausencia en tiendas físicas, de los discos con pistas de sonido importadas de otro tiempo, de la desbandada de majors y el hundimiento de varias distribuidoras locales.
Obviamente, en los tiempos de guerra, y en los contextos turbulentos, cuando uno hace algo, o cuando uno deja de hacerlo, se está posicionando, aunque no quiera.
Y Divisa se ha posicionado a favor de este mercado. Son dos lanzamientos, una prueba.
De nosotros depende que eso funcione, y continúe, y se multiplique, o no.
De la posición que asumamos.
Cada uno es libre de hacer con su dinero lo que quiera, pero no debemos confundirnos: no es un simple lanzamiento.
De nada sirve recordar con añoranza los buenos tiempos, si volvemos a cometer el mismo error. Porque sí, hubo lanzamientos -y sellos- con los que se fue muy injusto, a pesar del esfuerzo que hacían por el mercado español.
Quizá algunos lo critiquéis, pero para mí aquí hay algo en juego más importante que usar un determinado máster u otro.
Y quiero, deseo, que esto siga adelante. Por eso compraré ambas ediciones lo antes posible.
Esa es mi posición.