Iniciado por
Roy
Acabo de verla en su totalidad, y esto es uno de los regalos audiovisuales más importantes del año.
No hagáis caso a ni una sola de las capturas, que encontraréis a lo largo de la red. Pero ni en este ni en ningún título, y mucho menos aún en un título de cine clásico cómo es el caso. La de The Wizard of Oz, es una experiencia para vivirla sin las majaderías de las capturas y las comparativas. Es algo que únicamente se debe hacer: con un buen reproductor, un buen panel convenientemente calibrado, y un equipo de audio que dé la talla.
Desde que comienza con sus secuencias en blanco y negro, y la perfecta definición de lo que antes eran bordes imperfectos. Con el brillo de los ojos de Judy Garland, tanto en Kansas cómo en Oz. No olvidaréis la primera vez que se abre la puerta y se accede al color, porque lo que antes era plano ahora esta lleno de matices y relieves. Querréis atesorar el recuerdo del vestuario de los Munchkins, los zapatos de rubí, o la primera aparición a través del humo púrpura de la Bruja del Oeste. Jamás perderéis de vista el camino de baldosas amarillas, el campo de amapolas somníferas, o la primera vez que veáis Ciudad Esmeralda en el horizonte. Se os grabarán a fuego las secuencias con Oz, el color verde, y las llamas; y si seguís adelante os aterrará el color lila del reloj de arena de la Bruja. Y su rostro verde, con el punto perfecto de saturación que otorga en todos los puntos la aplicación del HDR. El uso del relieve a través del color, es la clave del film de Victor Fleming.
Esto es un trabajo muy bien hecho. Excelente se podría decir. Y aunque sé que el doblaje es muy importante para muchos, no jodáis la marrana, y poneos en la obligación de ver una vez en la vida El Mago de Oz en V.O con la pista DTS 5.1, y la tasa de transferencia de este disco UHD.
Una joya. La remasterización más impactante, que al menos yo he contemplado hasta la fecha. No porque 2001, Blade Runner, o el Caballero Oscuro sean menos. Sino porque el material que nos ocupa en este caso, procede nada más y nada menos que de 1939. Y que se pueda ver y escuchar así, ya es todo un milagro.
Material imprescindible para una película capital. Una maravilla.