A mi esta situación me recuerda mucho a la que se dio con la última entrega del Exorcista. El caracter de "autor" vs el de "mandao" de dos directores a expensas de los vaivenes de unos directivos que no sabían a dónde apuntar. Y al final ni una era tan aborrecible ni la otra la última palabra en cine de terror psicológico. Sólo fueron dos mediocres películas que no han supuesto nada más que un circo para los que lo veíamos desde fuera.

Este caso, tal y como se está desarrollando, no lo veo muy alejado.