Desde luego esa falta de crítica no es patrimonio del pensamiento conservador. La izquierda, como muy bien dices, es igual de propensa al seguimiento de consignas tan ridículas e irracionales como las tradiciones que combaten.
Me estoy acordando ahora mismo de la conversación que tuve hace muchos años en las Ramblas con un homosexual que llevaba una camiseta del Ché Guevara. Cuando le dije que en Cuba todo el mundo sabía de su homofobia y del odio que sentía por las mariconas (sus palabras), y que llevar esa camiseta en su caso era equivalente a ver a un judío con la efigie de Himmler, primero se enfadó, y luego ya directamente me empezó a insultar porque, en su ignorancia, no admitía ni siquiera la posibilidad de que lo que le decía pudiera ser cierto.
Las mentes obtusas no tienen partido.