Me parece espantosa.

A mí como película de acción pura y dura tampoco me funciona porque se apoya sobre pilares (historia, personajes, diálogos...) que de entrada me parecen tan esquemáticos y rutinarios que dan grima.

Yo diría que el oficio de Neeson es lo único salvable.

La reseña de mi blog:

La película dirigida por Pierre Morel y escrita por Luc Besson cuenta una historia de búsqueda, venganza y justiciero (en la senda de Comando, de Mark L. Lester, pero peor) que incurre en todos los tópicos habidos y por haber. Ni siquiera uno puede percibir algo de distancia irónica o bien alguna variación sobre lo que ya hemos visto miles de veces antes. Así pues, Taken cumple una a una todas las convenciones con tanta seriedad y afectación que da pánico.

Que, además, resulte previsible de principio a fin y que introduzca sonrojantes notas dramáticas para ver y no creer (dignas de los telefilms de sobremesa más rancios y fomularios) son aspectos que estropean aún más este producto rutinario hasta el hastío.

Y no, tampoco funciona como espectáculo hiperviolento a secas. Si bien es cierto que la película va al grano sin demasiados rodeos, no tardando mucho en presentar el detonante para que se inicie el rescate emprendido por un brutal Liam Neeson, y que se nota cierta dignidad en su forma (acción que se ve, fotografía en tonos fríos), el problema mayor reside en que nada es creíble y que nada sorprende ni un ápice, de modo que tras el andamiaje sólo existe el vacío. Con unos personajes planísimos y unas relaciones unidimensionales entre ellos que son carne de parodia, da absolutamente igual lo que les ocurra a unos y a otros.

Besson y compañía parecen haber aplicado un molde para fabricar un producto despersonalizado y cimentado sobre relaciones personales de baratillo que pretenden aportar algo de calado emocional: sirva como muestra el vergonzoso epílogo.