Pues depende, pero, en la mayoría de los casos, yo suelo preferir la versión de los cines al Director's Cut. Pensemos, por ejemplo, en Blade Runner: el montaje de Ridley Scott simplifica demasiadas cosas, quita matices a los personajes, mete una escena con un unicornio (dicen que montaje descartado de Legend) que en mi opinión no aporta gran cosa...aunque también prescinde de ese Happy Ending un tanto artificioso de la versión de los cines. Lo de los retoques de Star Wars, las películas clásicas, ya es legendario. Los primeros que metió (la escena entre Han Solo y Jabba, las ventanas de la Ciudad Nube, el final con imágenes y música distintos en El retorno del Jedi)...me gustaron, en mi opinión, mejoraban la película. Pero luego le dió por cambiar el diálogo entre Vader y el Emperador en El Imperio contraataca y metió a Hayden Christensen en la escena final de El retorno...y éso ya no me hizo tanta gracia.
Otra cosa son películas antiguas, clásicas, de las que se cortaron escenas, para estrenarlas porque eran muy largas o por lo que fuera...y nunca más se volvió a saber de ellas. Yo ando lampando porque algún día lleguemos a ver la versión completa de la Cleopatra de Manckiewicz, tal como su director quería que fuera, añadiendo más matices a los personajes y profundizando en las relaciones entre éstos. O las de Ben Hur, en la que subtramas enteras desaparecieron en la sala de montaje, o del Drácula de Browning (que nos ha llegado montada a hachazos: tal vez por esto hay tanta gente a quien no le gusta), o El hombre que ríe y su final alternativo. Pero me temo que muchas de éstas cosas ya no las veremos. Son películas perdidas, al menos, tal y como las quería su director, como tantas obras maestras de la época muda. Imaginad si en el Hollywood clásico hubieran existido formatos de vídeo doméstico: estoy segura de que muchas más películas se habrían conservado, o llegado enteras hasta nuestros días.