Si hay algo que Coppola no tiene es, precisamente, clase. Delirios de grandeza no le faltan, desde luego, pero es uno de los directores más sobrevalorados de la historia, gracias a las dos primeras partes de El padrino. De las cerca de 30 películas que ha dirigido, a veces con unos presupuestos desproporcionados, se salvan cinco.
Siempre he pensado que se le apareció la virgen con la novela de Puzo, pero su labor como director durante casi medio siglo, en conjunto, es mediocre salvo casos puntuales como los mencionados.
En EEUU hay gente que le adora dentro de la industria, pero muchísima más le considera un gilipollas megalómano que tuvo suerte en los 70 y vive de ello desde entonces.
En cuanto a Bertolucci, no es un portento, pero ha hecho buenas películas durante cuatro décadas. E intelectualmente está a años luz por encima de Coppola.
Y Novecento es una gran película.