¡Recibida hoy! En perfecto estado porque... sí, ¡la han metido en una cajita de cartón! Me congratulo a mí mismo por haber mantenido aquel arduo proceso de reclamación; parece que finalmente ha dado sus frutos y se piensan lo del embalaje de cosas delicadas a la hora de enviarlas.

¡Ah, y la lata es una preciosidad! Gorda y poco práctica, pero bonita.