"Decenas de extras deambulan con la cara cubierta de hollín. Un hombre rocía una espuma aislante gris —en lugar de polvo de concreto— en lo que se parece mucho a la esquina de Church y Vesey en el sur de Manhattan, en Nueva York. Otro arroja al aire resmas de papel.
Y por ahí cerca, del otro lado de un camino de tierra en este reducto industrial aislado no muy lejos de Marina del Rey, en Los Angeles, empiezan a cobrar forma la fachada retorcida y las vigas magulladas de los restos del World Trade Center en una maqueta del Ground Zero reproducida meticulosamente. A muchos kilómetros de los neoyorquinos, la película de Oliver Stone sobre los rescatistas del 11 de septiembre ya va por su segundo mes de rodaje. Y los miembros del equipo de filmación que trabajan de sol a sol están trabajando en uno de los sets cinematográficos más sensibles que se puedan imaginar.
La película, que hasta ahora se llama World Trade Center, cuenta la historia de dos policías de Port Authority, John McLoughlin y Will Jimeno, los dos últimos rescatistas que que sacaron con vida del Ground Zero. Se la pinta como una historia edificante sobre neoyorquinos comunes y corrientes que se ayudan entre sí en medio de una tragedia cataclísmica. De modo que, durante veinte días, entre octubre y noviembre, el elenco y el equipo de filmación estuvo en el área metropolitana de Nueva York, filmando en la oficina de policía de la terminal de ómnibus de Port Authority y en el recorrido que los oficiales realizaron esa mañana del 11 de septiembre de 2001. Filmaron escenas en el ferry de Staten Island, en el tren de Long Island y en un subte en Brooklyn. Filmaron en Clifton, NuevaJersey, cerca de la casa de Ji meno, y en otros suburbios.
Pero ahora, cuando la producción pasa al eje lúgubre de esta historia —las escenas dentro del World Trade Center y debajo de la pila de escombros en que se convirtió; el hallazgo de los dos oficiales nueve metros debajo de la superficie por parte de un contador que se había calzado su viejo uniforme de Marine; y su liberación después de una noche larga y difícil por equipos de rescatistas—, el rodaje de la película de Stone se hace donde atriaga la menor atención posible: en el interior y los alrededores de un hangar gigante donde Howard Hughes alguna vez construyó el Spruce Goose.
"Obviamente, era crucial no filmar en Nueva York, porque ofendería la sensibilidad de algunos neoyorquinos", dijo Stone, que es neoyorquino. "Otros pueden verlo como un homenaje. Cualquier homenaje es objeto de crítica; espero que hagamos un buen trabajo."
Los productores le permitieron a un periodista y un fotógrafo del The New York Times visitar el set para que las primeras imágenes de este Ground Zero montado fueran utilizadas en contexto, en lugar de arriesgarse a que fotografías no autorizados llegaran a la blogósfera. "Sensibilidad y precisión, al final del día, es lo mismo", dijo Michael Shamberg, que produce la película para Paramount. "Por lo que escuchamos de la policía, los bomberos, los civiles, la Port Authority, todos los que estaban allí ese día decían 'cuenten la historia con precisión para que la gente entienda lo que pasó'. No se puede hacer la versión hollywoodense."
La producción aporta su propia credibilidad: Donald J. Lee Jr., productor ejecutivo de la película, estaba llevando a sus hijos al colegio cuando fue el ataque a las Torres Gemelas. Y Jan Roelfs, diseñador de la producción, estaba en el piso más alto del Empire State filmando un videoclip para Lenny Kravitz. "Lo difícil es que todos lo conocen muy bien", dijo Roelfs, refiriéndose tanto a la geografía del sur de Manhattan como a los alrededores del Ground Zero. "Allí no se puede apelar a la creatividad."
La escena es bien escalofriante dentro del viejo hangar, donde el equipo de producción reconstruyó una porción del centro comercial del World Trade Center —hasta con las bolsas de la tienda Coach, ropa en las vidrieras de Banana Republic y zapatos de Johnston & Murphy—. Está el hueco del ascensor donde Jimeno, protagonizado por Michael Peña, y McLoughlin, protagonizado por Nicolas Cage, habían saltado un instante antes de que las paredes colapsaran sobre ellos. Y a pocos metros de allí, suspendida de cables del cielo raso del hangar, hay una escultura tridimensional que reproduce lo que, para el equipo de diseñadores, era el lugar donde los oficiales luchaban por sobrevivir, con poco espacio para que los dos actores se muevan. "Ahí adentro se vuelven claustrofóbicos", dijo Roelfs.
Los productores del filme, cuyo estreno está pautado para agosto, querían rodar gran parte en el sur de Manhattan, dijo Lee, el productor ejecutivo, que perdió cinco amigos en el atentado. Pero las autoridades de la ciudad se negaron a que se filmara más al sur de Canal Street, dijo. Al final, cedieron para el rodaje de dos escenas: Stone pudo filmar a un rescatista voluntario cruzando una barricada para llegar al Ground Zero, y a miembros del elenco en un ómnibus de la ciudad y una camioneta de la policía, conduciendo por West Broadway hacia el complejo comercial. Con esas excepciones, toda verosimilutd que logre la película surgirá de la recreación digital de las calles del sur de Manhattan, y de otras locaciones cuidadosamente elegidas."
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