¿Y a quién sorprende? Que Amaia Salamanca sea actriz a la que le ofrezcan papeles y cientos de buenos actores se mueran de hambre porque no se acuerdan de ellos clama al cielo. De las actrices más penosas que he tenido la desgracia de sufrir en una pantalla de cine o televisión. Tiene el talento de un rábano.