Está claro que, en la mayoría de los casos, impera la comodidad, no la cinefilia. Veréis, de jovencísimo (ahora soy, simplemente, joven) ) iba al cine casi a diario. Podía ver 200 ó 300 películas al año; ahora veo más en mis pantallas del Aula de Cine y cine casero que en las salas comerciales. La comodidad, ya digo, hace mucho. Es más, ahora me cuesta mucho convencer a mi mujer para ir al cine. "¿Dónde dejamos la niña?", es la primera pregunta y el hechizo se esfuma. Y soy de los que detestan ver la película en solitario. De principio, me acostumbré a vivir el cine en sus tres estadios:
a) Prometerte el ver la película: informarte, comentar, leer previas, fotitos, trailers...
b) Ver la película
c) Comentar y escribir sobre la película
Salir del cine e irte a tomar un café con los amigos, para charlar sobre el filme, es esencial para mí, cuando el filme lo merece. Ir solo es un poco triste. Tengo un amigo en Málaga que me llegó a comentar no hace mucho delante de su mujer: "Ahora tengo que ir solo al cine, sin ella, como si fuera un pobre viudo". Por eso, en cuanto llega algo de calidad, si mi mujer no me acompaña, busco a algún amigote que lo haga. Pero la magia del cine, vaya o no vaya a menudo, siempre está ahí. Esa pantalla gigante... Ni el monolito de 2001 es tan fascinante... Es la puerta a otra dimensión. :amor




LinkBack URL
About LinkBacks
) ) iba al cine casi a diario. Podía ver 200 ó 300 películas al año; ahora veo más en mis pantallas del Aula de Cine y cine casero que en las salas comerciales. La comodidad, ya digo, hace mucho. Es más, ahora me cuesta mucho convencer a mi mujer para ir al cine. "¿Dónde dejamos la niña?", es la primera pregunta y el hechizo se esfuma. Y soy de los que detestan ver la película en solitario. De principio, me acostumbré a vivir el cine en sus tres estadios: 
Citar