Lo contaba como anécdota, porque el vídeo me ha hecho gracia al recordar viejos tiempos. Tampoco es para tanto. No soy ningún delincuente ni nunca le he hecho daño a nadie. No vengamos ahora de moralistas, porque el que esté libre de pecado que arroje la primera piedra. Hay delitos realmente más importantes y actitudes infinitamente más reprobables que estas niñerías.