Tropezamos ahora con todo un icono del western y del cine de género europeo. Para corroborar esta tesis, simplemente tenemos que ojear la vasta filmografía de Frank Braña, pseudónimo de Francisco Braña Pérez, para comprobar la magnitud de los títulos westerns en los que ha participado. Entre estos se encuentran algunas de las cintas más populares y valoradas por la crítica como La trilogía del dólar de Sergio Leone, El halcón y la presa o Cara a cara, ambas de Sergio Sollima, Hasta que llegó su hora (1968, Sergio Leone), o La muerte de un presidente (1969, Tonino Valerii), entre muchos títulos más. Siempre será recordado por la escena que abre la magistral El bueno, el feo y el malo (1966) en la que, junto a Al Mulock y Saturno Cerra intentan cazar al personaje de Tuco, Eli Wallach.
Tras trabajar en la mina durante su juventud, accede al cine como otros muchos compañeros de la época, como especialista, hasta que en su trayectoria llegó un momento en el que disfrutó de una oportunidad que no desaprovecharía, la de dar vida a personajes más allá de sus cometidos como actor de acción. Pronto su presencia se convirtió en indispensable en los westerns europeos.
El duro trabajo de la mina, que hoy pasa factura a la salud del actor que padece problemas respiratorios, le concedió un potente físico musculoso, que acompañado de una severa expresión y un rostro ideal para el cosmos del western, decretaron la idiosincracia de sus personajes, villanos de diferente calado en la mayoría de ocasiones.
Dentro de la línea monótona de sus personajes, Frank Braña se desenvolvió con holgada soltura y versatilidad, ya que estos a veces consistían en efímeras interpretaciones sin acreditar, caso de El vengador del sur (1969, Mario Siciliano) o personajes principales con mucho peso en la historia como en Golpe de mano (1970, José Antonio de La Loma), La muerte llega arrastrándose (1972, Mario Bianchi) o la memorable Supersonic man (1980, Juan Piquer Simón).
Exactamente con los cineastas José Antonio de la Loma y Juan Piquer Simón estableció una estrecha relación profesional y se consolidó en los repartos de las últimas películas de estos autores: Yo, el vaquilla (1985) y Oro fino en el caso del primero, y Mil gritos tiene la noche (1982) o Los nuevos extraterrestres (1983) en el caso del segundo.
La XXIX Semana Internacional de Cine de Lugo, celebrada en 2007, homenajeó la intensa trayectoria del actor asturiano aunque ningún reconocimiento retribuirá suficientemente toda la pasión que Frank Braña ha puesto en los personajes de sus más de 200 incursiones en el cine. Actor irrepetible e inseparable de otros referentes del western como Aldo Sambrell, en la actualidad sufre el injusto ostracismo al que han sido sometidos muchos de sus compañeros de generación.