Siguiendo el ritual que llevo desde Licencia para Matar, de ver las películas de 007 el día del estreno, pues como no podía ser de otra manera acabo de llegar de verla. En principio tengo que decir que de todas es la menos Bond, es la más alejada de lo que nos tienen acostumbrados en la saga. No quiero decir sea mala sino todo lo contrario es una gran película, el mayor culpable de esto es el señor Mendes que sabe rodar escenas de acción sin necesidad de marear a la platea, pero si que puede decepcionar al que espere lo clásico.
Este Bond es más oscuro y adulto se centra más en lo que nos quiere contar y en la manera de hacerlo que en los fuegos de artificio. Me ha encantado la fotografía de Roger Deakins y la banda sonora de Newman, junto con los continuos guiños que hacen referencia a las anteriores y la manera de alejarse de ellas. A pesar de las casi dos horas y media de duración en ningún momento me resulto pesada ya que sabe rellenar muy bien los vacíos.
En estos casos la mejor manera de juzgarla es a través de vuestros propios ojos ya que nadie tiene mejor impresión que la propia, verla sin pretensiones y sin haceros juicios que sino os podéis llevar decepciones.