Esa parodia de Francis es muy mediocre. Aprovechaba el tirón icónico de Ferdy Maine tras la película de Polanski. Esperaba bastante, la verdad, recordando lo mucho que me gustó en la tercera de Drácula de la Hammer, pero es un producto surreal, absurdo, de corte televisivo. Y loco, a lo Playboy. Es un pastiche que, pasado unos días, hace que te olvides por completo de la trama. Le pondría un 5 por el cariño que le tengo al bueno de Freddie.