Pues eso, que a ver si todos los que tienen el síndrome de Estocolmo respecto a las películas de terror que vienen de Japón se quitan la venda de los ojos de una puñetera vez, que va siendo hora.
Cuando hace unos años llegó Ringu por estos lares la gente lo flipó en colores (los cuatro que la vimos en su momento, que ésta se hzo culto después). Hay que reconocer que era una manera diferente de terror, alejada de las ya aburridísimas pelis de terror adolescente de los USA, pero luego todo se fue al garete.
A partir de ahí, llegaron las buenas críticas, el convencimiento de que el nuevo terror venía de Oriente. Fueron llegando nuevas muestras de este tipo de cine, pero claro, los japos ya se las sabían todas. Cada película que venía venía a contar lo mismo que la anterior (apariciones fantasmales de niños, a poder ser de pelo largo, premonición de la muerte, un misterio sin resolver). Yo llegué a ver The Eye y Dark Water, y la verdad, me parecieron muy poco originales.
En estas los sustos eran tan de baratillo como en todas las pelis yanquis (subiendo la música cuando va a haber un sobresalto, algo que a mi me pone de mala ostia), y tenían esa sensación de ya visto, o sea que originales cero. Sin embargo, para muchos seguían siendo el culmen de la originalidad. Nunca he entendido la fascinación de tanta gente por lo oriental, será por que no los comprenden y eso les interesa, no sé. A mi lo mismo me da de donde venga, paso de chorradas de exotismo.
En definitiva, que a ver si abrimos los ojos y vemos que los japos nos la meten doblada, que ya se repiten demasiado, que dejen de hacer siempre la misma película, coño, y que deje de haber gente que lo siga considerando original, de eso casi nada hay ya. Si algo funciona una vez, hagamos siempre lo mismo, eso es lo que hay.
Ríe y los demás reirán contigo. Llora y llorarás solo