Y vamos con otra intérprete que también mereció tener mejor suerte en el cine
Meg Tilly es otra de esas actrices que tenia el talento y belleza necesarios para conseguir ser una estrella conocida pero que, por ciertas malas decisiones (y algo de mala suerte), no logró todo lo que hubiera merecido. De hecho, empezó su carrera con mucho más vigor y contundencia que su hermana Jennifer, sin embargo nunca consiguió la regularidad ni mantenerse en la industria tanto tiempo como su hermana mayor...
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La pasión desde niña de Margaret Elizabeth Chan (adoptó más tarde, al igual que su hermana, el apellido de soltera de su madre, Tilly), fue la danza. Estudió en la “Connecticut Ballet Company” y en el “Throne Dance Theatre”, y de hecho, su primer papel en el cine fue una pequeña aparición en la película Fama, de Alan Parker. Desafortunadamente, una lesión en la espalda truncó su carrera como bailarina, y a partir de ahí orienta sus aspiraciones a la actuación:
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Tras pequeños papeles en un par de series de TV y pelis como “Siniestra oscuridad” o “Tex”, consigue su primer rol relevante en la secuela de un film mítico: Psicosis 2: el regreso de Norman. Aunque igualar a la mítica película de Hitchcock parecía tarea imposible, el film logra (gracias a la buena labor del director Richard Franklin) ser una más que correcta continuación de la historia de Norman Bates, con los elementos justos de suspense y terror para mantener en vilo al espectador. Tilly se luce como Mary, una misteriosa camarera que terminará alojándose en el famoso motel junto a un recuperado Bates, adentrándose de lleno en los recuerdos del pasado.... y en misteriosos nuevos acontecimientos que empezaran a suceder:
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La película tiene una recepción bastante fría, pero la frescura de Tilly no pasa desapercibida, y por esa época está a punto de rodar Amadeus, interpretando a Constance, la mujer de Mozart, pero una desgraciada lesión justo antes de empezar, le impide incorporarse a la filmación en la República Checa.
Una vez superado el percance, entra a formar parte del extenso reparto coral de Reencuentro. Lawrence Kasdan dirige y coescribe este drama con toques de comedia, que tiene un gran recibimiento crítico, consiguiendo tres nominaciones a los Oscars de 1984. Es la oportunidad que cualquier actriz joven podría desear...
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Tras protagonizar junto a Tim Mathison Impulso infernal, una peli con tintes de misterio y terror, pronto llegará su “consagración”, y el súmmum de su popularidad como actriz...
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Agnes de Dios, dirigida por el veterano Norman Jewison, narra la historia de la hermana Agnes, una monja (interpretada por Tilly) que asegura haber recibido la visita de Dios y haberse quedado embarazada. Ante ello, una psiquiatra (Jane Fonda) decide investigar el caso para llegar al fondo del asunto. La crítica se deshace en elogios ante su interpretación, y Meg gana ese año el globo de oro a mejor actriz de reparto, y es nominada a los premios de la Academia.
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Tras este éxito, elige bastante mal los siguientes proyectos, y sus siguientes empeños como actriz pasan sin pena ni gloria por la cartelera: Policía por error es una olvidable comedieta que le empareja con el (por entonces) relativamente conocido Judge Reinhold, y “Mascarada para un crimen” es un mediocre thriller protagonizado por Rob Lowe que pasa bastante desapercibido en la taquilla USA:
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Al año siguiente, consigue de nuevo cierta relevancia con Valmont. La peli dirigida por Milos Forman es una correcta adaptación de la novela de Choderlos de Laclos, pero tiene el gran handicap de estrenarse solo un año después del exitoso film de Frears. La repercusión, por tanto, es mucho menor, y la película pasa sin pena ni gloria por los (pocos) cines americanos donde llega a estrenarse.
Tras ese varapalo, los papeles y los proyectos van poco a poco menguando, y tras pequeños papeles en films como The Two Jakes, la secuela de Chinatown que dirige Jack Nicholson, y Body Snatchers, la bizarra versión de “los ladrones de cuerpos” que realizó Abel Ferrara a mediados de los noventa (en la que salía, por cierto, otra clara candidata a este hilo, la bella Gabrielle Anwar), toma la decisión de retirarse por completo de la actuación, y durante quince años se dedica a su familia, y a iniciar una pequeña carrera como escritora, publicando seis libros durante todo ese tiempo...
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En 2010 vuelve a retomar tímidamente su carrera como actriz, e interviene en Caprica y Bomb Girls, un par de series de TV de cierto éxito en USA, y en 2011 en una representación teatral de “Quien teme a Virginia Wolf”. La última vez que pudimos verla fue en Máquina de Guerra, la peli que Brad Pitt protagonizó para Netflix en 2017.
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