Es que en la época de Fernan-Gómez los actores en general, hasta los secundarios más oscuros, tenían una dicción nítida (¡se le entendía perfectamente hasta a José Isbert con los problemas de fonación que tenía!). Pero, claro, es que lo primero, lo mínimo, que tiene que tener un actor es que se le pueda entender cuando habla, que pronuncie correctamente, que entone apropiadamente, que sepa proyectar la voz...Pues, aunque resulta fundamental, no tenemos muchos actores actuales que cumplan esos mínimos requisitos.