Tengo sensaciones encontradas con la película. Por un lado veo a un Garland con muchas ganas de experimentar con la cámara y la fotografía y crear y cuidar una atmósfera envolvente y rica, ofreciendo en el proceso imágenes icónicas (aunque algunas están claramente "prestadas" de clásicos pretéritos pero aceptamos barco) y además que navega a contracorriente respecto a los dictados actuales de la inmensa mayoría del cine producido por grandes estudios y exhibido en salas, lo cual es de agradecer. Por otro, veo a un Garland que descuida totalmente su faceta como guionista (a priori su principal baza) ofreciendo una trama inverosímil desde sus inicios y con escaso cuidado en el tratamiento de personajes, la mayoría de los cuales no pasan de meras comparsas unidimensionales, vehículos sin entidad propia supeditados al personaje que interpreta Portman y su arco. Eso dificulta un poco entrar en la historia que pretende contarnos el director, más teniendo en cuenta que no estamos hablando de un reparto precisamente extenso.
Al margen de lo expuesto anteriormente, el concepto de Eterno retorno que ya ha sido reflejado por aquí por otros foreros y que aparece en la película está bastante trillado en realidad, habiendo sido usado mil veces en Literatura, Cine y otras artes a lo largo de muchas décadas. No me parece este un film revolucionario ni original en ningún sentido, sino un producto con cierto interés pero irregular que alterna virtudes y defectos de forma ostensible. Eso sí, alberga momentos de gran belleza que es justo valorar y que producen que la sensación agridulce que tuve al ver la película acabe dejando algún poso (nada tampoco exagerado).
En resumen, para mí podemos encontrarnos aquí al Garland más esteta pero al mismo tiempo más perezoso en la escritura de su carrera. Un paso al lado, siendo generosos, respecto a su ambición como cineasta y a su ópera prima oficial Ex Machina (que siendo un buen film, también tenía sus problemas).
Eso sí, que quede claro que cabe exigir más a sagas y totems recientes ridículamente encumbrados por la crítica estadounidense, por aquello de las expectativas, que a la pretenciosa pero pequeña y valiente Aniquilación.