Así es.
Toda su filmografía está impregnada de sentimiento y emoción.
Titanic atrajo masas (sobretodo juveniles) por la pareja protagonista y esa historia de amor (trágica) con la que la audiencia empatizaba por poder ser perfectamente algo REAL, no dentro de una ficción.
Luego metes otra última hora colosal de acción, angustia y FX.
Éxito.
Cameron sabe que sin la emoción, el sentimiento o el amor, una película de acción sin más seria otra del montón.