Williams tiene una obra de concierto muy nutrida y fascinante. Como podría esperarse, es muy diferente, estilisticamente hablando, a sus composiciones para cine, pero a la vez inequivocamente suya.
Andre Previn, buen amigo suyo, comentaba al respecto hace unos años que es curiosa la predilección de Williams por los concertos (para violín, para chelo,...), con respecto a otras formas compositivas como la sinfonía.
Dicho esto, no creo que haya que tomar en serio las declaraciones de Williams al respecto de la música de cine, o del cine en general. Creo que son producto de su
exceso de humildad, y de donde se ve así mismo dentro del canon de los grandes compositores de la historia.
Por ejemplo, otra de las cosas que Williams ha dicho a lo largo de los años es que no es particularmente cinéfilo, y que no ve demasiadas películas. Bien, en
este mismo libro, el mismo que cita el artículo y que os comenté que me estaba leyendo, en cierto momento aparece Steven Spielberg, y comenta que Williams se ve de media un par de peliculas al mes. Lo que ocurre es que comparado con la media de peliculas mensuales que el propio Spielberg, Scorsese, Lucas, Coppola y demás ven, a Williams eso le parece demasiado poca cosa. De ahí sus declaraciones al respecto.
Por cierto, Spielberg comenta que en su opinión a Williams deberían haberle dado otro Oscar por War Horse (
mi pelicula más musical desde E.T, afirma), y precisamente aduce como razones principales la estructura y el desarrollo de la composición.
Lo que pasa es que claro, The Guardian se ha quedado con lo que le interesa.