La enigmática media sonrisa que Bárbara Lennie (Madrid, 1984) ha convertido en una de sus señas de identidad torna en carcajada cuando habla de su cercana maternidad. “Estoy muy feliz. Es un embarazo deseado, no una sorpresa que ha caído así sin esperarla”, reconoce mientras se prepara para la que será su primera sesión de fotos con una barriga prominente. El bebé llegará en medio de la promoción de dos de los estrenos del cine español más esperados de 2022, en un instante profesional efervescente para la actriz. Por un lado, Lennie es la protagonista absoluta de Los renglones torcidos de Dios, la adaptación de la novela de Torcuato Luca de Tena que dirige Oriol Paulo; por otro, la actriz tiene un papel dentro de El agua, la ópera prima de Elena López Riera que se pudo ver en la Quincena de Realizadores del último Festival de Cannes. Además, participa en El suplente, la nueva cinta del argentino Diego Lerman que se estrenará en los cines en 2023 y también en Las chicas están bien, el debut en la dirección de Itsaso Arana que se verá también el año próximo tras un rodaje exprés. “Llega un momento en el que dices ahora o nunca. No hay un margen eterno y te has dado ya el tiempo de dudarlo, de pensarlo, y llega el punto de tener que ir con ello. Está el deseo, la parte ideológica y la social. Si quieres ser madre, se pasa el tiempo”, apunta. “Voy a hacer promoción de todas las películas que tengo por estrenar”, admite sin ápice de duda. “¿Debería tomármelo todo con más calma? Pues no lo sé. Todo lo iré viendo. Lo que sí es cierto es que tengo mucha incertidumbre ahora, por el cambio de vida y por la manera de estar en el mundo”.
Lennie nunca ha tenido problemas a la hora de frenar, tomar aire y reflexionar. Lo hizo en 2018, cuando paró un año y medio tras encadenar en menos de un año los estrenos de El reino, La enfermedad del domingo, Todos lo saben y Petra. “No me pasó factura tomar aquella decisión, lo hubiera hecho el seguir trabajando a ese ritmo, tanto física como emocionalmente”, explica. “Lo que sí me costó fue decidir qué me apetecía hacer después y por dónde volvía. Agradecí mucho el respiro”. La vuelta de aquel impasse tuvo parada inmediata en el teatro –en Hermanas, un texto de Pascal Rambert que interpretó junto a Irene Escolar– y en Netflix, con la serie El desorden que dejas. La elección sorprendió por ser Bárbara Lennie una actriz que parece reflexionar sobre cada paso en su carrera, que escoge a los directores con lupa y que se involucra en proyectos de esos que a veces salen a pagar a los intérpretes. “No tengo prejuicios en ese sentido, me apetecía mucho hacer un mainstream como este, Carlos [Montero, escritor de la novela en la que se basa la producción y creador de esta] me encantó e Inma [Cuesta] me dijo: “Vamos a hacerlo juntas”, recuerda. “¿Qué hacemos en este país? ¿Solo cine independiente? Te pegas un tiro. Creo que está bueno poder hacer El agua y El desorden que dejas”. Tan positiva fue la experiencia que la actriz ya le ha pedido otro papel a Montero en otra de las series exitosas en las que ejerce de showrunner: “Quiero hacerlo todo, quiero hacer Élite ahora, ya se lo he dicho a Carlos. Una de estas zorras graciosas, cocainómana y que se acuesta con todos. Pero cuando me ve así [señala su barriga] piensa que igual no es el momento”, admite entre risas. Muy lejos del cine independiente también está Los renglones torcidos de Dios, la segunda película de la actriz a las órdenes de Oriol Paulo tras la exitosa Contratiempo –una historia interpretada junto a Mario Casas en 2016 que copó los primeros puestos de la taquilla china durante meses, en una carambola que a veces ofrece el azar al cine español–, en la que encarna a la protagonista de la novela de 1979 que adapta. “Es un clásico de los institutos. Hay gente a la que el libro le encanta ahora, siendo mayores, es muy sorprendente. Me parece acojonante que una novela escrita entonces, que parece del siglo XIX, conecte con tanta gente”, explica. “Yo lo leí en diagonal, no entero porque no entendía por qué tenía que leer pasajes en donde se describen patologías; yo solo lo necesitaba para ponerle piel a esta mujer. No hacía falta y el tiempo apremiaba”, apostilla. La película llega a los cines el próximo 7 de octubre, pero antes se presenterá en el Festival de Cine de San Sebastián, donde se exhibirá fuera de concurso. Junto a Bárbara Lennie están Eduard Fernández o Adelfa Calvo. Para los no iniciados, Los renglones torcidos de Dios cuenta la historia de Alice Gould, una detective que se ingresa voluntariamente en una institución psiquiátrica para investigar un asesinato conformando una trama con todas las sorpresas de guion que el espectador esté dispuesto a asimilar. “Fue un rodaje duro. Eran muchas sesiones, muchos días y con un texto muy complicado de abordar. Estaba todo lleno de giros que había que defender y no eran fáciles”, explica. “Siempre he tenido la sensación de que podría haber sido más holgado, pero en España poca gente puede rodar esos largos periodos y con esa envergadura”.