Aquí apelaron a todos los recursos, y los resultados son muy satisfactorios para los destinatarios del filme. Porque ésa es otra: para quienes va destinado este filme. Está claro que para los más jóvenes vende más la comedia moderna y juvenil, con licántropos lobunos y no antropomorfos (modelo clásico). Al salir del cine, una par de chavales decían: "Qué ridículo. ¡Un hombre lobo con pantalones!". Está claro que lo de ellos no era Talbot, Carrido ni Daninsky.
Cada uno con su vela, no faltaría más. Por eso decía lo de los destinatarios. Hay para todo, como en farmacia, pero me da a mí que si te acercas a esta película siendo amante del tema, del mito, tal como se concibió desde sus inicios, has de encontrarle valores. Al menos a la mayoría interesada en el hombre lobo que sufre con su maldición, que vive con un pozo negro a sus pies; allá donde no ha lugar para las chanzas.