Ahí ya no te puedo decir nada. Yo es que me bato en duelo por las cuatro. Y considero que el icono Lee es para mí mucho icono. Está claro que Lee no cabría en Las novias de Drácula, pues no despertaría jamás la compasión de la prota. Eso sí, al igual que Jekyll&Hyde, Fisher ya se encarga de pintarlo más macabro cuando suelta todo su vampirismo.
Y sí, es lógico verlas por el orden en que se realizaron.
Hay una connotación más interesante aún: cuando la baronesa se tapa los colmillos al aparecer Van Helsing, como si sintiera pudor. Genial.