En cuanto a los derechos de autor de aquellos que son únicos creadores de una obra (escritores, pintores, músicos...) las cosas parecen (y digo parecen) estar más o menos claras. Y digo más o menos porque, por ejemplo, una vez que un escritor ha dado el visto bueno a las galeradas de su texto, se ha convertido en libro y se ha publicado masivamente... podrá aspirar a corregir algo que no le gusta en una segunda edición, si se pone de acuerdo en ello con su editor, pero la primera edición no la retira de los comercios (a no ser que sea un hipermillonario y compre todos los ejemplares muy deprisa). Y, una vez corregido lo que quiera, seguirá siendo "el autor que escribió tal cosa y luego se arrepintió".

En el caso del cine el asunto me parece más complejo por la suma de autorías. Y no dudo que la ley pueda estar de parte del acuerdo director-productora, pero éticamente creo que deberían tenerse muy en cuenta los derechos de los demás autores cuyas obras forman parte del conjunto de una película.

¿Puede Badham o cualquier otro director considerar sus películas un permanente work in progress y modificarlas un poco cada año (esta vez la música, a la siguiente la fotografía, después el montaje, luego vuelvo a rodar una secuencia con otro actor porque no quedé satisfecho con el primero... y así hasta que se canse o fallezca? ¿Sería de recibo que la Disney, por ejemplo, modificase sus clásicos para que sus dibujos se pareciesen más a la serie de moda en la TV o al diseño de la animación japonesa?

Y volviendo al caso concreto del hilo, carecemos de información acerca de los términos legales del acuerdo Badham/Universal, o de cuándo, por qué y contando con quién se rubricó.