Curiosa la presencia de Feel Films entre las distribuidoras que tienen peliculas en Filmin, una plataforma que fue creada entre otras por Cameo, Avalon y Versus.
Curiosa la presencia de Feel Films entre las distribuidoras que tienen peliculas en Filmin, una plataforma que fue creada entre otras por Cameo, Avalon y Versus.
Y que siguen en ella: "Entre los accionistas de Filmin destacan empresas cinematográficas que han hecho de la innovación, el riesgo y la apuesta inquebrantable por la calidad su razón de ser: Metropolitan Film Export, Avalon Distribución, El Deseo, Golem, Tornasol, Vértigo Films, Versus Entertaiment, Wanda Visión y Cameo, LMC y Alta Films. A este grupo de empresas cinematográficas se les suma Vostok."
Habremos de suponer que, si Feel Films esté entre las suministradoras habituales de esta plataforma, que ofrece y difunde de forma masiva los títulos que aquella distribuye, será porque Filmin considera que todo está en regla. ¿O no?
Última edición por Twist; 18/09/2015 a las 15:19
Si hablamos de TVE, cualquiera sabe quién está a cargo de las contrataciones de cine y qué entiende del asunto; pero, si hablamos de un servicio VOD, fundado y participado por editoras de DVD con años de experiencia en el sector, resulta muy extraño que no sepan, comprueben ni sospechen (si hay algo de lo que sospechar) nada.
Las cosas que hay que comprobar no las tienen que comprobar ni TVE, ni Filmin, ni ECI/FNAC/MM... El problema está antes y aunque estos comercios puedan "sospechar" y tomar la iniciativa, realmente es un asunto que se escapa de sus responsabilidades por mucho, porque eso tiene que venir más que revisado de antes.
No le puedes pedir a Carrefour que compruebe la calidad del pienso que le han dado a las vacas de las que Pascual obtiene la leche.
De hecho es más fácil que los comercios físicos prefieran pasar de esto por el tema BD-R (reclamaciones y devoluciones que les pueden decir que no les compensa, independientemente de la legalidad) a que lo hagan por un tema legal que parece no importarle lo suficiente a nadie. Y el derecho a editar o no una película vale, pero pedirles que sepan o no la procedencia de los másters eso sí que es imposible...
Pero la cosa es que, a efectos prácticos, el comportamiento de estas compañías no tiene ninguna anomalía que justifique que dichos comercios o plataformas tomen la iniciativa. Lo único que podría conseguir eso es que fuera un bombazo periodístico y su reputación estuviera en juego, lo cual parece muy improbable.
Cerezadas: Listado de capturas de Mercury
"Movies exist to cloak our desires in disguises we can accept" Roger Ebert
Completamente de acuerdo. Pero si los profesionales del gremio, esos a los que determinadas empresas, según parece, les hacen competencia desleal, colaboran económicamente con ellas, cuánto más difícil será hacerle entender a un comprador ocasional de BD que determinadas ediciones no son todo lo escrupulosas que deberían. Parece lógico pensar que los llamamientos que se hacen desde aquí a no comprar y los razonamientos acerca de que hacerlo supone la no edición por parte de otras empresas, serán más difíciles de comprender por un cliente que por los empresarios del sector. Porque evidentemente son otros los que deberían velar escrupulosamente por el cumplimiento de la legalidad.
No, pero seguramente Carrefour se negará a adquirir leche de dudosa procedencia y sin todos los requisitos legales y sanitarios, especialmente si sospecha con cierto fundamento que no los cumple. Es más, probablemente los directos competidores se apresuren a denunciar cualquier anomalía que detecten, no se quedarán de brazos cruzados, tanto más si esa leche ha sido ordeñada de sus propias vacas.
Entonces, a efectos prácticos, tampoco pensarán que les quitan títulos o les hacen competencia desleal . Es más, si intuyen lo mismo que se ha venido repitiendo en este hilo acerca de la dudosa legalidad de lo que han incluido en su oferta, han decidido hacerse cómplices de la difusión de un material cuyos derechos podrían muy bien no corresponder a quien los ofrece. Y eso, aunque no sea ilegal, tampoco parece muy honesto, especialmente viniendo de probos empresarios y profesionales del sector, no de un pequeño video club de barrio.
En definitiva, estamos pidiendo a los particulares que concedan a las empresas que consideramos respetables las posibilidades para editar legalmente el material que nos interesa, mientras que una parte sustancial de esas mismas editoras refrenda de hecho las prácticas dudosas que pretendemos rechazar, comprando y comercializando masivamente películas a quienes están desbaratando el mercado.
Lo dicho: en mi opinión aquí hay mucha tela que cortar, y no toda la culpa de lo que ocurre recae en quien ocasionalmente compra un BD-R. Hay algo más. Probablemente mucho más.