Aquí, mi crítica sobre la peli:
La isla del Dr. Moreau supuso el regreso de John Frankenheimer, aunque nunca nos había abandonado, si bien sí fue olvidado, en una época en la cual la labor del director se erige más en la de un diligente jornalero que en la de un narrador con una mirada propia y un estilo personal. Queda la duda de lo que esta quinta versión de la novela de Herbert George Wells (y no tercera, como insisten todos y cada uno de los profesionales que se dedican a hablar del film) hubiera deparado de haber sido rodada por su inicial realizador, Richard Stanley, expulsado del rodaje al poco de su inicio, pero vista aquí sólo la que fue su primera película, la muy mala Hardware (Programado para matar) , las sospechas han de resultar negativas.
Sea como fuere, Frankenheimer ha aplicado a la soberbia novela de Wells una mirada muy propia de su autor, analítica, simbólica, metafísica y progresista, inserta en una tan pertinente como lógica actualización de la historia, lo que confirma la atemporalidad de las grandes obras. La isla del Dr. Moreau explora ideas tan atrayentes como el concepto de creador y lo que supone para el creado, en lo que es el poder y sus limitaciones, en lo que significan las preguntas que todos nos hacemos sobre nuestra propia existencia, los motivos de ésta y el alcance de la misma. ¿Tiene el Creador poder y dominio absoluto sobre el creado? ¿Tiene el creado autoridad para derrocar al Creador y erigirse a sí mismo en instrumento de su propio destino? Frankenheimer ausculta esta idea y ofrece respuestas pesimistas, si bien no se vuelca a subrayarlas patentemente, tal como es costumbre del cine contemporáneo, dudoso de la inteligencia del espectador habitual, sino que deja al propio público llegar a las conclusiones, a partir del contundente, desazonador y prodigioso final.
Lástima que haya destellos negativos en los resultados globales del film que impiden que éste alcance el nivel de obra maestra al cual apuntaba. En primer lugar conviene destacar su trío protagonista: Marlon Brando, erigido en estrella, se limita a exhibirse sin aplicar esfuerzo alguno a su apetitoso papel, en un cometido de divo sin interés por su trabajo; Val Kilmer, mediocre actor que aquí ofrece la que pudiera ser la peor de todos sus interpretaciones, lleno de tics y muecas, teóricamente para no ser devorado por su mítico oponente; y David Thewlis, objetivamente el verdadero protagonista del film y un buen actor en realidad, pero que se conduce por medio de una interpretación sobreactuada y contorsionista, aparentando estar encarnando a Ricardo III en plan locaza. Por otro lado, el desequilibrado guión (sin duda efecto de la variación de registros que se le ha aplicado una vez expulsado Stanley) brinda un clímax sobresaturado de tiros y explosiones en un festín de espectáculo que frustra los logros especulativos e intelectivos que presagiaba; sin embargo, ese propio final, dentro de su convencionalismo, capta un sentido de la atmósfera apocalíptico y dantesco de no pocas y turbadoras implicaciones.
Anécdotas
* Tras su despido después de cuatro días de trabajo, Stanley intentó boicotear el rodaje del film, y se introdujo en el mismo de incógnito como extra. * Al parecer, una vez contratado Frankenheimer, se empezó a rodar todo de nuevo, no quedando nada del metraje rodado por Stanley. * En Estados Unidos hay editado un dvd con un director’s cut que añade tres minutos más de metraje. * En 1997, la Academy of Science Fiction, Fantasy and Horror Films la nominó como mejor película de ciencia ficción y mejores maquillajes. En los Razzie del mismo año ganó a peor actor secundario (Brando) y tuvo sendas nominaciones en la categoría de película, director, guión, actor secundario (Kilmer) y “pareja” (Brando y el enano). * Para recordar sus diálogos, Brando llevaba un receptor de radio en el oído; de vez en cuando se le metía la emisora de la policía. * En una versión primitiva del guión, Moreau debía haber tenido una ex-esposa, que hubiera interpretado Barbara Steele. * En varios episodios de la serie South Park aparece el doctor Mephestos como parodia del Moreau de esta película, acompañado inclusive del enano. El mini-yo de la saga Austin Powers también parece ser una parodia del enano. * El aspecto de Moreau en la película, a su vez, parece que pretende ser una parodia del papa Juan Pablo II, incluido con su “papamóvil”, bendiciendo a los fieles (los hombres-bestia a los cuales controla y domina).




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