Será que vivo en otro mundo, pero, ¿qué coño importa que salga un día más tarde o dos (o tres, o cuatro)? ¿Nos estamos volviendo locos?

Dado el esfuerzo de A Contracorriente me parece simplón enfadarse por un retraso de un par de días (y si me apuras una semana o quince días). Y conste que a mí la película o edición ni me va ni me viene. El mérito es el esfuerzo de una editora por apostar por la calidad y el respeto al consumidor. Lo demás, como digo, es algo muy secundario. Bajo mi punto de vista, claro.