En 'Doble cuerpo', por ejemplo, De Palma recrea el famoso travelling circular de 'Vertigo' en clave erótica. Pero 'Vestida para matar' es quizá el caso más claro de homenaje a esta película, con su monumental bloque mudo en el museo.
A simple vista, por cierto, 'Vestida para matar' como casi todos los films depalmianos de finales de los 70-principios de los 80 puede parecer una mero plagio de la filmografía del gordo, pero es que De Palma recoge todas las escenas míticas del cine de Hitchcock (y de otros como Welles o Antonioni) y las vuelve a rehacer, llevándolas más al límite e impregnándolas con su propia personalidad. De Palma es mucho más excesivo (para lo bueno y para lo malo), más autoparódico, más juguetón y tramposo (y además, totamente orgulloso de serlo) y más político.