Gustar, no gusta ninguna de las dos ediciones. La textura es made in cerezo. Nada orgánica. Lo de siempre. A mí que digan lo que quieran, pero el señor que se encarga de hacer esto con esa maquinita que enseñaron en redes, no tiene ni zorra de utilizar esos recursos. Igual un curso en el extranjero antes de ponerse a toquetearla le hubiera venido bien.
Qué cruz nos ha caído con Enrique Cerezo.