Este año lo cierto es que la oferta del género es deprimente, el "terror" de estudio me provoca escalofríos en el peor sentido del término (con cosas como Guerra mundial Z, Yo, Frankenstein, Devil's Due, Wolves, Summer Camp o Vampire Academy) salvo sorpresas de última hora como ese Dracula Untold, la hammeriana The quiet ones o el Horns de Alexandre Aja, poco podemos esperar. De nuevo la esperanza son las pequeñas productoras que pueden alumbrar alguna joya. Pienso en Enemy, Oculus, Wolf Creek II, las francesas Among the living y Alleluia, Faults, Hellions, el remake de The Town That Dreaded Sundown, Cooties, The Sacrament, Buriying the Ex, Demonic, Home de Nicholas McCarthy...