Ya estamos con el tema de siempre.
Cuando yo hago la película que quiero hacer y no la que los demás quieren ver, cuando después la gente no pasa por taquilla, me llevo las manos a la cabeza y tengo muy claro cual es el problema: CULTURA.
Si por
cultura nos referimos a
"nivel cultural" de las audiencias, caemos en el mal de siempre.
Resulta fácil hacer esa critica. Se ha hecho siempre. Ya hubo un tiempo donde el conocimiento estaba en manos de unos pocos y ni siquiera se planteaba hacerlo llegar al vulgo porque, ¿qué iba a hacer el pueblo llano con él? Pero el libro impreso acabo extendiéndose, y el conocimiento llego a todos lados. Y con ello, el gran mal de hoy para algunos: el best-seller.
Lo que parecen olvidar algunos adalides de la cultura de hoy en día es que, los grandes clásicos de antaño muchas veces fueron los best-sellers de su época. Libros y obras pensados para entretener a su audiencia pero que sabían trascender su status de mera diversión. ¿Qué habría sido si no del bueno de Shakespeare?
Ahora bien, si por
cultura nos referimos
"cultura del cine", entendiendo como tal un cierto bagaje que, como al amante del buen comer, nos permite disfrutar degustando diversos sabores, la cosa cambia.
Se habla de "educar una demanda". Pero, ¿cómo se hace tal cosa excepto aumentando la oferta, dejando que el espectador se sacie de aquello que demanda para que luego pueda pasar a probar nuevos y exóticos sabores?
