Leído el capítulo 2 del libro sobre Carole: su adolescencia.

Ésta chica amaba la vida por encima de todo, tiempos de bailar charlestón; primeras citas y salidas con amigas; primeros suspiros por élla entre el sexo opuesto; retándose en concursos de baile frente a una también por hacerse Joan Crawford (de su misma edad); fotos, muchas sesiones fotográficas que van haciendo de su persona un rostro cada vez más familiar y solicitado); la prueba que le hizo Charles Chaplin para aparecer en "La quimera del oro"; una belleza superlativa la que va tomando fuerza en su rostro y cuerpo; sus primeras apariciones frente a la cámara; las posibilidades de trabajar con John Ford y Frank Borzage que no se materializaron; y el accidente que sufrió en la cara y por el que necesitó de cirugía estética parcial (por entonces, una especialidad aún no del todo desarrollada y no tan segura) y unos consiguientes primeros pensamientos sobre su propia mortalidad que la azuzarán para vivir la vida en toda su plenitud con más ahínco si cabe, pero con cabeza bien amueblada y la familia protegiéndola. Todo esto, en el lapso entre 1924 y 1926 aproximadamente.

El libro está muy bien escrito; cuanto mejor escrito esté un libro en inglés, un plus de dificultad para cerrar las frases para alguien que no se defienda decentemente en la lectura del ingés. Pero el propio devenir de la historia y de los acontecimientos ayuda a entender algunos verbos que quizá no se comprendan en una primera instancia.

Por cierto, cinefilototal, Carole parece tener algunos musicales, más de bailar que de cantar, a comienzos de los años 30'.

1934, Música sobre las alas, de Norman Taurog




1934, Bolero, de Wesley Ruggles y Mitchell Leisen




1934, La novia alegre, de Jack Conway




Porque la actriz poseía un cuerpo atlético y era muy buena bailarina, seguramente no había música que se la resistiera.


La portada del libro con la foto del rostro de la actriz de frente y sonriente, y que a Alcaudón le sorprendió que fuera Carole Lombard, data de 1931.