Lo que dice DrxStrangelove lo comparto al cien por cine (errata que salió sin querer, pero que me parece muy oportuna). De hecho, mi mujer acabó hasta la coronilla, pues durante más de dos años yo siempre exclamaba lo mismo: “Es alucinante la calidad de la proyección”, llegando en muchas ocasiones a disfrutar el doble: una por la calidad de las pelis, y otra por la calidad de la proyección. Hay una enorme cantidad de clásicos que superan a las copias que de ellos vi en el cine (y vi un montón, porque estoy más cerca de los sesenta que de los cincuenta); gracias a la remasterización, por ejemplo “Un americano en París” de Minnelli nunca resplandeció tanto en su color como en la copia blue-ray.
Ver las películas de Max Linder rodadas en Francia en los años 1909 a 1912 con una definición y calidad de copia tal que parecen películas rodadas hace dos años y ambientadas en aquella época, es una experiencia inenarrable.
Cuando visionábamos “Sin novedad en el frente” de Lewis Milestone (1930) no dábamos crédito a la definición de lo que veíamos en pantalla, y sirvió para reflexionar que probablemente así se vería la película en la copia de estreno, proyectada en los mejores cines. Habituados como estábamos a ver las “viejas” películas llenas de rayones y poca definición, en copias viejas(ahora sí) y mustias, a veces llegaba uno a la conclusión (errada) de que así de mal se vería también en su estreno.
Y sí, las buenas copias en dvd se ven bien en la proyección (algunas de virguería), pero las de blue-ray son otra dimensión. Hablo de una pantalla de poco más de cien pulgadas. El HD se magnifica con las pantallas grandes.
Salud y películas