No recuerdo que nadie haya afirmado nada sobre la facilidad o dificultad de ser doblador. Lo que se está diciendo es que a algunos les gusta el doblaje (sea fácil o difícil) y a otros la vos. Y claro que hay profesionales buenos y malos en todos los ámbitos.

En cuanto al anonimato de un trabajo reconocido, no entiendo bien las razones de esa necesidad. Los técnicos no aparecen en pantalla ni normalmente son reclamo comercial de la película y los stunt men aparecen muy ocasionalmente en determinados planos (insisto, sin lineas de diálogo) y tampoco son los protagonistas de la historia. Nadie acude a una sala porque el técnico del laboratorio de revelado hace bien su trabajo; en cambio, sí acuden a ver la de Angelina Jolie, la de Meryl Streep o la de Al Pacino, no sólo porque sean famosos sino porque son los interpretes de los personajes de la historia que se cuenta. Tendrá muchísimo mérito pero en una película no es lo mismo el protagonista que el señor que sostiene el micrófono fuera del encuadre.

Sin embargo, se anuncia en todas partes que tal película está protagonizada por Liam Neeson o por Robert Duvall o Michelle Pfeiffer cuando, en realidad, lo que se exhibe en las pantallas es sólo su físico, su actitud corporal, la gestualidad de su interpretación, pero la parte sonora ha sido extirpada y sustituída por la de otras personas a las que ni se menciona aunque sean una parte sustancial de lo que se está vendiendo.

Volviendo al ejemplo del teatro, ¿alguien concebiría que una obra anunciase únicamente a quienes aparecen en el escenario gesticulando mientras que otras personas no acreditadas declaman sus textos tras el decorado? ¿Qué clase de actuaciones estaría viendo el público, las que anuncian los carteles del reparto u otras distintas?