La constancia de la velocidad de giro es muy importante. Usualmente usaban motores de corriente continua y correa. Aunque algunos platos llegaron a funcionar con motores c. c. de accionamiento directo y sin escobillas. Muchos platos de nivel mediano platos iban equipados con un control estroboscópico. Una lámpara de destellos constantes según velocidad seleccionada. En el borde del plato había unas zonas reflectantes. Mediante un potenciómetro (resistencia variable) se iba ajustando, hasta que el reflejo de la luz destellante, se percibiese quieto. Se suponía que entonces la velocidad angular de giro correspondía con 45 ó 33 1/3. Antes de poner la púa en el disco, se comprobaba si la velocidad de giro era correcta. Era un ajuste fácil y sobre la marcha.
Sinceramente no creo que la "marchosidad" de la música era un ajuste deficiente del plato. Sólo la gente muy cuidadosa, se ocupaba realmente, que todos los ajustes estuvieran correctos. Pues apreciaban sus discos. Los apilaban correctamente.
Peor eran las cintas de video VHS. Con el trato que la gente le daba, se pulían las cabezas lectoras en menos de dos años. Con hacer un rebobinado entero de inicio-final-inicio. Almacenar el cartucho rebobinado en el inicio y la bobina hacia abajo. Luego cada 6 meses hacer un rebobinado completo. El reproductor de VHS y las cintas prolongaban considerablemente su vida útil.