Las cintas «extraviadas» del Apolo 11
La llegada de Neil Armstrong y Buzz Aldrin a la Luna el 21 de julio de 1969 a bordo del
Apolo 11 fue una de las retransmisiones televisivas más vistas de la historia de la televisión, seguida en directo por millones de personas en todo el mundo pegadas a sus pantallas viendo como la humanidad ponía pie fuera de la Tierra por primera vez en la historia, y desde entonces el número de personas que las han visto no ha hecho sino aumentar.
Dado el limitado ancho de banda disponible el
módulo lunar Eagle retransmitía esas imágenes en formato
SSTV a diez cuadros por segundo y 320 líneas, lo que si bien no alcanza la calidad de imagen de la televisión normal es una calidad mayor de la que vieron quienes siguieron aquella retransmisión en directo, ya que el método usado para convertir la señal que llegaba de la Luna en la señal que se retransmitía en directo y en tiempo real a los televisores en la Tierra fue tan crudo como apuntar una cámara de televisión a un monitor en el que se veían las imágenes que llegaban del
Eagle.
Consola de vídeo en Honeysuckle Creeck durante la misión Apolo 12
Al mismo tiempo la señal SSTV era convertida a formato estándar de televisión electrónicamente y almacenada en cintas de vídeo y pasada a película con un
kinescopio, que es un equipo que básicamente filma en película un monitor de vídeo. Cualquiera de estos métodos de conversión reducía el contraste y el brillo de las imágenes originales y les añadía ruido a causa de las limitaciones de los equipos utilizados para ello.
La señal de vídeo original en formato SSTV quedó almacenada en bobinas de cinta de una pulgada de ancho junto con los datos de telemetría de la misión y durante muchos años nadie se acordó más de ellas, pero cuando la NASA anunció que iba a cerrar el
Data Evaluation Laboratory del
Centro Goddard, el único sitio del mundo en el que quedaban en funcionamiento equipos capaces de leer esas cintas, unos cuantos veteranos de la NASA se acordaron de ellas y pensaron que sería una buena idea pasarlas a un soporte moderno y aprovechar los avances en electrónica y en el tratamiento de imágenes producidos desde 1969 para darles una nueva vida a aquellas escenas.
Grabador de telemetría M-22 en Honeysuckle Creek
El problema es que nadie en la NASA sabe en qué ha sido de aquellas cintas y lo mejor que se ha podido localizar son fotografías tomadas directamente del monitor SSTV, lo que aún a pesar de ser un método de baja tecnología dan una idea de lo que podrían mejorarse las imágenes en cuestión:
Izda: Imagen de kinescopio de Houston. Dcha: Polaroid del monitor SSTV de Sydney
Izda: Imagen de kinescopio de Houston. Dcha: Polaroid del monitor SSTV de Goldstone
Parece más o menos claro que cientos de cajas con cintas de aquella época fueron enviadas al citado Centro Goddard desde el
Observatorio Parkes y las
estaciones de seguimiento de
Goldstone y
Honeysuckle Creek, que es donde se recibieron las señales desde la Base de la Tranquilidad, y que luego fueron transferidas al Centro Nacional de Archivos en Suitland, Virginia, desde donde parece que luego volvieron al Centro Goddard… o no.
Es absolutamente sorprendente, por no decir totalmente WTF, que a nadie en toda la agencia se le ocurriera que esas cintas tenían que haber quedado a buen resguardo porque a fin de cuentas, se trataba de un momento histórico.
Diversas búsquedas lanzadas en todos estos lugares no han dado ningún resultado, y aunque en un momento dado se anunció que se habían localizado copias de las cintas en Australia estas resultaron contener datos del
Early Apollo Surface Experiments Package, los experimentos que los astronautas del Apollo 11 dejaron sobre la superficie lunar, pero no las imágenes en formato SSTV.
Para más inri, hay localizadas bastantes copias de los datos encontrados en Australia y de las conversiones de baja calidad de las imágenes del Apolo 11 de las que hablábamos al principio.
Lo que empezó como el empeño particular de estos veteranos se convirtió a partir de agosto de 2006 en un esfuerzo oficial de la NASA por localizar aquellas cintas, pero hasta ahora el empeño ha sido infructuoso, y cabe la posibilidad no desdeñable de que hayan sido recicladas en algún momento, ya que eran un soporte caro, a más de 100 dólares la unidad cuand 100 dólares eran todavía 100 dólares.
A pesar de todo la agencia se resite a decir que las cintas están perdidas e insiste en que en realidad están guardadas en algún sitio, solo que nadie se acuerda de dónde y que el caso está en dar con ellas, lo que inevitablemente me trae a la cabeza en la escena final de
En busca del arca perdida.
Fuentes: No recuerdo exactamente donde leí acerca de estas cintas por primera vez, pero mis fuentes fundamentales para elaborar esta anotación han sido
Tale of the TV Tapes: Apollo 11 Mission Archive Mystery Unspools,
The search for the Apollo 11 TV tapes y
Apollo program missing tapes.